martes, julio 26, 2011

Sí, hay vida después de Borders

La prensa atolondrada nuestra, diciendo que hay un "lamento borincano" por el cierre de Borders. ¡Cojones! ¿Y no hubo lamento cuando cerraron Thekes, Book World, Bell Book & Candle, Hermes y Papyrus?
Ahora que algunos incultos están lloriqueando por el cierre de Borders, aquí comparto con ustedes el artículo que escribí para Claridad sobre las librerías independientes en 2003:


Panorama difícil para las librerías independientes


Carmelo Ruiz Marrero
CLARIDAD, 13 de noviembre 2003

Las librerías independientes puertorriqueñas están pasando por tiempos difíciles, afirmaron libreros entrevistados por En Rojo. Aunque están enfrentando los retos nuevos con ingeniosidad y determinación, están ante un panorama económico que hace diez o quince años hubiera sido irreconocible.

Al igual que con otros negocios al detal, como colmados, mueblerías, ferreterías y farmacias, que están siendo diezmados por la competencia de recién llegados superdetallistas como Wal-Mart, Costco, Sam’s Club, Home Depot y Rooms to Go, el negocio del libro ha sido sacudido por la llegada de no una sino dos librerías Borders. En Estados Unidos supercadenas de librerías como Borders y Barnes and Noble son vistas como asesinos de la pequeña librería independiente, la cual parece encaminada a la extinción en ese país.

Y hablando de Barnes and Noble, nos han informado que esta cadena abrirá una librería en Plaza Universitaria y que además la administración de la Universidad de Puerto Rico está considerando privatizar su librería para ponerla en manos de esa compañía. Esto podría tener efectos adversos sobre las librerías riopedrenses dado lo dependientes que son del mercado universitario.

¿Hubo subasta pública para ese espacio comercial en Plaza Universitaria? Definitivamente que no, porque los libreros de Río Piedras nunca fueron informados. Esto no sorprendería, ya que el proyecto entero de Plaza Universitaria fue construido sobre un cimiento de negocios turbios.

Pero las librerías extranjeras gigantes no son el único reto nuevo que enfrentan las librerías independientes. Ahora todo el mundo vende libros: farmacias, supermercados y hasta los colmaditos 7 Eleven. Y los gigantes como Wal-Mart y Sam’s, también tienen librerías enteras en sus locales.

Nunca dejará de aturdir a este escritor el espectáculo posmoderno de ver la autobiografía de García Márquez compitiendo de tú a tú con Teveguía y People en español y ver excelentes novelas colocadas justo al lado de libritos de autoayuda. Pero la sorpresa mayor para este servidor fue hace un par de semanas al ver en la fila del supermercado de El Monte Mall, entre tabloides amarillistas y bazofia farandulera, nada menos que un libro del cineasta y autor progresista Michael Moore.

Y a todo esto también tenemos que mencionar el impacto de la internet. Hoy día más y más consumidores compran libros de la página web Amazon.com, cuyos dueños se jactan de tener la librería más grande del mundo.

En la ocasión de la Feria Internacional del Libro decidimos pasar por la boulevard de las librerías, el segmento de la avenida Ponce de León que atraviesa a Santa Rita, para preguntarle a los libreros qué piensan de todo esto. La generación joven que cursa actualmente sus estudios universitarios nunca vio esas librerías riopedrenses que eran visita obligatoria para los estudiantes de antaño: Alma Mater, Hispanoamericana, Internacional, Campo, Contemporánea, América, la Economía (en los altos de donde ahora está El Boricua), la del MPI y la librería anarquista que tenía Juan Angel Silén.

“Las librerías tradicionales tienen su espacio, pero para sobrevivir tienen que animarse y buscarlo”, nos dijo Arnaldo González, dueño de Econolibros. “No estamos de acuerdo con que nos masacren las grandes cadenas pero tenemos un espacio que podemos aprovechar para hacerles frente.”

“El mundo del libro es muy grande y lo que nosotros vendemos en gran medida no se consigue en esas tiendas. Ese tipo de tienda lo que vende son libros como Paulo Coelho, cositas de autoayuda y religión, pero cosas realmente de importancia no tienen, excepto alguno que otro bestseller de Garcia Márquez o Isabel Allende.” Añadió González que las grandes cadenas no tienen ni el personal ni la preparación para seleccionar libros de diversas editoriales ni tampoco para ordenar libros especializados en áreas como ciencias políticas y sociales y economía.

González, quien preside la Asociación de Comerciantes de Río Piedras, declaró que se opone enfáticamente al establecimiento de Barnes and Noble en Plaza Universitaria. “Eso se lo hicimos saber a la administración de la UPR. El proceso debió haber estado sujeto a subasta porque los libreros locales estamos en condiciones para atender esa demanda. Si viene esa tienda habrá grandes problemas con los libreros y con la comunidad de Río Piedras.”

Pablo Torres, de La Tertulia, nos informó que la entrada de cadenas gigantes al negocio del libro crean una situación en la que empresas editoriales, distribuidores y autores no tienen opción. Estas cadenas compran libros en cantidades tales que pueden venderlos por debajo de lo que los venden sus competidores. Esto obliga a las pequeñas librerías a bajar sus precios y por tanto reducir sus márgenes de ganancia para poder sobrevivir. Si estas supercadenas le exigen a las editoriales y distribuidores términos más generosos que los que se les dan a las pequeñas librerías simplemente tienen que aceptar. Después de todo, ¿Qué autor o editorial se puede dar el lujo de no vender sus libros en Borders?

Según Torres el gobierno de Puerto Rico tiene que asumir un rol proactivo para proteger y fomentar la industria del libro. Señaló como ejemplo positivo a Francia, que tiene una ley que establece que todo libro deberá tener un precio mínimo. Esto evita las guerras de precios que arruinan a los pequeños comerciantes y dejan los mercados en el control de supercadenas gigantes.

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