martes, marzo 13, 2007

VENEZUELA Y CUBA: REGÍMENES "INTEGRADOS AL CAPITALISMO MUNDIAL"

Según Petras, Castro ya no exporta revolución, y Chávez solo exporta petróleo a EEUU.
Lunes 12 de marzo de 2007.

(IAR Noticias). En un artículo publicado por el diario La Jornada de México, el pensador de izquierda, James Petras, describe a la izquierda de América Latina dividida en dos bloques principales: La "izquierda radical" y la "izquierda pragmática".

Petras describe un primer grupo al que llama "izquierda "radical", y al que define fundamentalmente como "antimperialista, que rechaza cualquier concesión a las políticas socioeconómicas neoliberales, se opone al pago de la deuda externa y en general respalda un programa socialista o nacionalista radical".

En este grupo sitúa a las FARC, al Movimiento sin Tierra en Brasil, a las organizaciones barriales en El Alto, y en general, a todos los grupos que reivindican los métodos de lucha histórica de la izquierda.

En un segundo grupo, al que llama "izquierda pragmática", Petras sitúa a Chávez, Fidel Castro, Evo Morales, el PRD de López Obrador, en México, el agrupamiento CTA en Argentina, y la "mayoría de los intelectuales de izquierda" de América Latina", entre otros. El analista aclara que clasifica como "izquierda pragmática" a este grupo "porque no hace un llamado a la expropiación del capitalismo ni al rechazo de la deuda ni a ruptura alguna de relaciones con Estados Unidos".

Sorprendentemente este grupo de "izquierda pragmática", liderado por Cuba y Venezuela, es definido por Petras como de "naturaleza capitalista", ya que, como en el caso de Cuba,"profundiza su integración al mercado capitalista mundial en la emergencia de una nueva clase de elites orientadas al mercado".

Si bien, a la altura de estas definiciones (la "naturaleza capitalista" y de mercado de los regimenes de Cuba y Venezuela) no se sabe bien porque Petras los llama de "izquierda" (la naturaleza histórica de la izquierda fue siempre anticapitalista), el analista los presenta como una reubicación pragmática de la izquierda en los nuevos tiempos.

Precisando la naturaleza capitalista del régimen de Chávez, Petras sostiene que "Los bancos privados, nacionales y extranjeros, ganaron una tasa de más de 30 por ciento entre 2005 y 2007. Menos de uno por ciento de las más enormes propiedades de tierra fue expropiado para otorgarle títulos a los campesinos desposeídos. Las relaciones del capital con la mano de obra siguen inclinando la balanza en favor de las empresas y los contratistas".

"Venezuela y el presidente Alvaro Uribe de Colombia han firmado varios acuerdos de cooperación económica y de seguridad de alto nivel. Mientras promueve una mayor integración latinoamericana, Chávez busca una "integración" con Brasil y Argentina, cuya producción y distribución de crudo son controladas por corporaciones multinacionales europeas e inversionistas estadunidenses."

Según Petras, "Aunque Chávez reprocha el intento estadunidense de subvertir el proceso democrático en Venezuela, el país provee 12 por ciento de las importaciones totales de crudo a Estados Unidos, es dueño de 12 mil gasolineras Citgo en Estados Unidos y de varias refinerías. El sistema político de Venezuela es muy abierto a la influencia de los medios masivos privados, apabullantemente hostiles al presidente electo y al Congreso. Hay organizaciones no gubernamentales financiadas por Estados Unidos, una docena de partidos y una confederación de sindicatos actuando en pro de los planificadores estadunidenses".

Señalando la corruptela política que impera en el régimen de Chávez, Petras afirma que "Casi todos los funcionarios y miembros del Congreso que están en favor de Chávez se montaron en su carroza política más por intereses personales que por lealtad populista. El pragmatismo de Venezuela es un campo muy lucrativo para los inversionistas estadunidenses, suministra energía de modo confiable y crea alianzas con Colombia, principal cliente de Estados Unidos en América Latina".

Pintando el "doble discurso" y la falsa guerra mediática con EEUU del presidente venezolano, Petras afirma que "La retórica y el discurso radical de Chávez no corresponden con las realidades políticas. Si no fuera por la intransigente hostilidad de Washington y sus tácticas de continua confrontación y desestabilización, Chávez parecería moderado. Es obvio que sectores de las grandes empresas se quejen del incremento en pagos por regalías, dividendos de ganancias e impuestos".

Washington pinta a Chávez cual si fuera un "peligroso radical" porque compara su política con la de los previos regímenes clientelares de Venezuela en los años 90. Pero si tomamos los pronunciamientos de política exterior de Chávez con una pizca de sal, asumimos el cambio en el ambiente internacional acaecido entre 2000 y 2007 y sus limitadas reformas en asistencia social, impuestos y otras, de hecho Estados Unidos está ante un radical pragmático que puede acomodar", dice Petras, describiendo la naturaleza "asistencialista" y capitalista de la "revolución" venezolana.

Refiriéndose a la "naturaleza capitalista" del régimen cubano, el pensador de izquierda dice que "Cuba ha establecido lazos diplomáticos con casi todos los clientes y aliados de Estados Unidos en América Latina. Explícitamente le tendió la mano diplomática a Uribe, rechaza la izquierda revolucionaria de las FARC en Colombia y respalda en público a neoliberales como Lula da Silva de Brasil, Néstor Kirchner de Argentina y Tabaré Vázquez en Uruguay, además de firmar un amplio espectro de acuerdos de adquisición con grandes exportadores estadunidenses de alimentos".

Definiendo la inserción en el mercado capitalista del régimen cubano, Petras precisa que "Cuba brinda servicios de salud gratis (y entrenamiento a miles de médicos y educadores) en un gran número de regímenes clientes de Estados Unidos, de Honduras a Haití y Pakistán. Abrió la puerta a inversionistas extranjeros de cuatro continentes en todos sus principales sectores de crecimiento. La paradoja es que mientras Cuba profundiza su integración al mercado capitalista mundial en la emergencia de una nueva clase de elites orientadas al mercado, la Casa Blanca incrementa su hostilidad ideológica". La misma tendencia, según Petras, se da en "el régimen de izquierda pragmática de Morales en Bolivia, cuya "nacionalización" no ha expropiado ni expropiará ninguna empresa extranjera. Uno de sus principales propósitos es estimular los acuerdos comerciales entre la elite de las agroempresas de Bolivia con Estados Unidos".

LEA EL RESTO

Etiquetas: , ,

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal