martes, octubre 24, 2006

Costa Serena: Proyecto calamitoso con nombre sublimado

Ing. Mario Soriano Ressy*
ESPECIAL PARA CLARIDAD

No nos podemos dejar engañar en cuanto al proyectado complejo turístico residencial subliminalmente llamado Costa Serena. Lo que se pretende para esta playa, la única prístina pero altamente sensitiva que queda dentro del entorno metropolitano de San Juan, no es simplemente un complejo hotelero-residencial. Este proyecto incluye, en definitiva, obras complementarias y accesorias de envergadura que comprometerán y tendrán un impacto significativamente adverso a todo el frágil panorama físico-ambiental de la costa de Piñones en el municipio de Loiza. Veamos.

El proyecto Costa Serena está concebido y programado (aunque no lo digan los dueños-desarrollistas) para la implantación en el lugar de una amplia marina, valiéndose de una alegada protección que brindarían los promontorios geológicos como son los cayos paralelos a las costas y la Punta Vacía Talega.

Las impactantes implicaciones que acarrea la ubicación de marinas para botes y yates de lujo en las costas norteñas de Puerto Rico son ya altamente conocidas; derrames de aceite y gasolina, arrastre de desperdicios y escombros, dragados periódicos para mantener el calado adecuado; construcción de muelles perpendiculares a la costa, tablados, construcción de almacenes para gasolina diesel y facilidades para la pesca recreativa, etc.

Podríamos mencionar decenas de actividades, de obras accesorias y complementarias que se convierten en intervenciones serias que resultarán nefastas a la costa. Poco a poco los dueños desarrollistas y administradores irán gestionando y haciendo suyas estas obras adicionales como parte indispensable para hacer más atractivo el proyectado complejo y para la protección de facilidades a medida que progrese la inevitable denudación de la frágil franja playera que allí aún prevalece.

Es imprescindible mencionar, a base de nuestra experiencia y el historial de franca erosión y recesión que están experimentando estas costas, a causa principalmente de las intervenciones erróneas del hombre, que la anchura de las playas desde Loiza hasta Aguadilla se ha venido reduciendo notablemente durante los últimos 40 años. En específico, desde el Río Herrera en Loíza hasta Dorado las playas han perdido unos 150 pies de su anchura o amplitud original. El proceso de erosión y recesión de estas playas es progresivo a causa de que ya no llega el material litoral (arena y sedimento) para nutrir y fortalecer las mismas a través de los procesos naturales de erosión, transportación y sedimentación de lo cual se encargan los ríos troncales en descargas en el mar.

Las causas para este desbalance físico-ambiental, donde predomina la erosión sobre la sedimentación y el acrecentamiento en nuestro litoral norteño, son variadas, pero las principales causas se les deben achacar a las intervenciones de increíble mal juicio implantadas por el hombre como son las extracciones de arena y grava auspiciadas por el propio Departamento de Recursos Naturales y la construcción de grandes represas en el extremo norte de nuestros ríos troncales, o sea muy próximo a las costas, represas estas que reprimen la descarga del río principal y de casi todos sus tributarios, convirtiéndose por ende en formidables trampas de los sedimentos e interviniéndose de esta manera con el proceso de transporte del material detrítico hacia el cauce, valle aluvial y las costas norteñas.

El proceso de erosión y denudación progresiva prevaleciente en la costa que nos ocupa, agravado también por las esporádicas invasiones de marejadas ciclónicas, tocarán y afectarán irremediablemente el proyectado complejo. No cabe la menor duda de que los dueños desarrollistas o futuros administradores pondrán el grito en el cielo cuando el mar comience a invadir y socavar esas facilidades. Más temprano que tarde el complejo Costa Serena estará solicitando permisos o emplazando clandestinamente en la zona marítimo-terrestre, para obras de diques, rompeolas, muros de protección marina, emplazamiento de rocas de escolleras, así como el emplazamiento de relleno de material foráneo, algunas de las llamadas obras remediales y de protección que procederán a implantar.

Considerando la geomorfología y los factores físico-marinos prevalecientes en las estrechas playas y angostas plataformas marinas que se enfrentan a estas costas, los impactos adversos serán cumulativos a sectores de costas corrientes abajo, hacia el oeste.

En otro extremo, no existe garantía alguna de que la población Loiceña se podrá beneficiar del complejo propuesto bajo el nombre de Costa Serena. Entendemos que éste más bien será clasista, discriminatorio y de exclusión para ellos. Lo primero que solicitarán la administración y los moradores del proyectado complejo será un control de acceso y el desvío de carretera para evitar el acercamiento e interacción con los “nativos” a las facilidades exclusivas. Esto es ya más que evidente en otros lugares donde se han levantado complejos similares.

Por lo anterior y por muchas razones más, debemos respetar y mantener esta costa de Piñones-Loiza tal y como está. La mejor manera de proteger una playa es, no interviniendo en ella. Se trata aquí de un proyecto dañino e indebido en un sector costero muy vulnerable que debió haber sido integrada hace ya tiempo al Bosque Estatal de Piñones.

* El autor es Ingeniero Geológico, Lic. 4131.

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