viernes, febrero 24, 2006


Por la Redacción de APM

En la polémica entre Uruguay y Argentina por las plantas de Fray Bentos no se dice toda la verdad. Le hacen la vista gorda al monocultivo, el latifundio y la contaminación.

Se puede hacer un juego consistente en reemplazar la palabra papeleras por monocultivo sojero, y donde se lea dióxido de sulfuro se borre para escribir herbicidas y plaguicidas. Esa es la propuesta del siguiente análisis, publicado días pasado por el servicio informativo de la Secretaría Latinoamericana de Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación y la Agricultura (Rel- Uita).

Se refiere a la falta de transparencia que se registra en torno a la controversia entre Buenos Aires y Montevideo, sobre la instalación y puesta en marcha de dos megafábricas de pasta de celulosa en la localidad uruguaya de Fray Bentos, sobre la margen oriental del río Uruguay, en la frontera con Argentina.

Se notará entonces que lo único que cambia entre una situación y otra es el discurso del gobierno provincial de Entre Ríos (Argentina). Allí, la mayoría de los vecinos de la ciudad de Gualeguaychú, que se encuentra ubicada frente a Fray Bentos, se constituyeron en Asamblea Ciudadana y hace varias semanas que mantienen cortado el puente internacional que une a ambos países. En defensa del medio ambiente, exigen las suspensión de la obras puestas en marcha por las empresas Botnia, de Finlandia, y Enre, de España.

Para ser más precisos, lo que cambiará es que frente al tema de las papeleras hay discurso mientras que ante el denunciado drama del monocultivo arrasador de la tierra y concentrador de la riqueza hay silencio oficial, señala el artículo de Rel-Uita. Lo extraño del caso es que el gobierno reproduce argumentos de los ambientalistas a los que ignora cuando cuestionan algo que le toca.

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